Octubre 2022
Vol. 2
¿Qué tienen en común los líderes de las diferentes épocas?
Autor: Manuel Ramos Topham, Ph.D.
Líderes de diferentes momentos, en diferentes entornos como el militar, empresarial o político y en diferentes situaciones se enfrentaron al caos. Y me refiero al caos del campo de batalla, de la empresa o de un país.
Estas personas, estos servidores, o sea, estos líderes, planificaron qué hacer en equilibrio. Un servidor público, y me refiero al presidente de un país hace, su plan de gobierno tranquilamente en su casa, en un hotel o en una sala de juntas con su equipo de trabajo. El presidente de una compañía reúne a su equipo y, con, o sin la ayuda de un consultor, sigue un modelo de planificación estratégica y planifica. Un general reúne a los mandos militares y en una sala de operaciones analiza la situación actual, lo que puede suceder, define objetivos, la estrategia a seguir y se prepara para el combate.
Y está bien. El servidor público, el director ejecutivo y el gerente general, hicieron lo que debían: planificaron. Y lo hicieron con más o menos medios y de una forma muy similar a través del tiempo y en diferentes épocas. Pero lo hicieron en equilibrio. Desarrollaron un trabajo muy importante y necesario, pero bajo unas condiciones que no siempre son las reales. En el tiempo, el equilibrio del momento se acaba y da paso al caos.
Regresemos entonces a la pregunta que da paso a este texto: ¿Qué tienen en común los líderes de las diferentes épocas?
Aquí viene la respuesta: en todos los casos de éxito, presidentes de países, de empresas y generales tuvieron que ser capaces de “comunicar” de manera efectiva. Qué difícil debe ser manejar una empresa en la que una nueva tendencia cambia el mercado, o un país sumido en el caos, o un campo de batalla en el que nada es como era.
Estamos acostumbrados a que la comunicación sea lineal, fácil, directa, de ida y vuelta en línea recta. En el caos, eso está muy lejos de la realidad. ¿Se imaginan un mundo sin teléfonos, sin internet, sin electricidad, en el que no se ve más allá de dos metros?
¿Qué pasa entonces con el plan y con la estrategia que se definió? ¿Quién la ejecuta? ¿Cómo se ejecuta si el entorno cambió? ¿Cómo se avanza en el caos? ¿Quién hace qué?
Un plan si no se ejecuta no sirve para nada, es una pérdida de tiempo, esfuerzo, recursos y de credibilidad. Sí, es todo eso. Por lo tanto, el seguimiento a la ejecución es fundamental, crucial, clave y necesario para el éxito. Además, el seguimiento a la ejecución del plan facilitará la ejecución de este. Es imposible que en el caos de la batalla o de la gestión, ya sea política o empresarial, todo se mantenga igual. Hay que hacer ajustes y en algunos casos, cambios más importantes y la comunicación se vuelve clave.
Por lo tanto, la comunicación también hay que planificarla. Y no es algo menor. Es tan, o más importante que el plan estratégico.
Dos medios fundamentales para facilitar la comunicación del plan son la presentación de este a la empresa, el país o los generales y seguir un proceso claro de seguimiento a la ejecución del plan. Sin presentar el plan y sin hacerle seguimiento al mismo, lo más probable, es que el resultado final sea el fracaso. También es verdad que los accidentes existen y se puede tener éxito, pero no es lo normal.
Un abrazo, a planificar, a comunicar, a ejecutar y a hacerle seguimiento a la ejecución.
Manuel Ramos Topham, Ph.D.
CEO StraTgia